El vidrio de borosilicato tiene un bajo coeficiente de expansión térmica, lo que significa que no se expande ni contrae significativamente cuando se expone a cambios de temperatura. Esto lo hace altamente resistente al estrés térmico y le permite soportar cambios rápidos de temperatura sin romperse.
Además de sus propiedades térmicas, el vidrio de borosilicato también es transparente y tiene buena claridad óptica. A menudo se utiliza en la producción de cristalería de alta calidad, incluidos vasos, lentes y espejos telescópicos.
Su durabilidad y resistencia a los rayones lo convierten en la opción preferida para aplicaciones donde la claridad y la resistencia son cruciales.