Construidos con plástico, vidrio, vidrio de borosilicato o vidrio sodocálcico, los frascos de reactivos cuentan con tapones o tapas que protegen el contenido contra derrames o contaminación ambiental externa. Los frascos de reactivos son excelentes para almacenar polvos y líquidos. Los frascos de reactivos de color ámbar o rojo protegen el contenido sensible a la luz de la luz ultravioleta, la luz visible y la radiación infrarroja. Los frascos de reactivos están disponibles con boca estrecha para un mejor control durante el vertido o con boca ancha para facilitar el llenado o la recuperación del contenido. Las tapas y tapones de los frascos de reactivos deben seleccionarse con cuidado, ya que su material o revestimiento pueden interactuar negativamente con el contenido del frasco.